El tiempo perdido es algo irrecuperable, olvidado en el pasado y criticado en el presente. Las ganas de hacerlo y la valentía de llevarlo a cabo no eran suficientes para mí, para decirte que te esperaba impaciente sentado; mirando por la vieja ventana de mi cuarto cómo pasaba la vida, cómo el existir no era lo mismo sin ti.
Y aquí estás de nuevo, iluminándome la mirada. Observándome mientras expreso lo que siento aquí y ahora. Pero esta vez, dado que ahora controlo yo tu permanencia a mi lado, no te irás. Porque querida escritura, eres parte de mí.
Por fin regresas y me provocas una gran alegría, un beso enorme.
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