sábado, 11 de junio de 2016

¿Tenemos el control?

A veces pienso en cómo llegar al fin de la manera más inesperada. Lo igual en este mundo es lo placentero para muchos; para otros pocos, el caos y el desorden más inquietante.

¿Cómo arreglar lo irreparable y solucionar lo perdido? Algunos piensan que el confort está en la vida fácil y ser lo que desde pequeños nos han inculcado ser. Ya te digo yo, que nadie en este mundo se ha parado a preguntar: ¿Por qué?

Libertad, piensan algunos; necios por no saber que es inalcanzable. Vivimos por y para algo, no por y para nosotros. No tenemos derecho a decidir el qué ni el cómo, ni si quiera el porqué. Sí, crees que sí puedes decidirlo, pero nunca querrás la vida que tienes ni que tendrás.

Las palabras se las lleva el viento, dijo alguien. Yo pienso que no. Este medio es el único en el que somos libres, en el que tenemos la capacidad de decidir.


Y si las palabras no perduran, ¿por qué se repiten en tu cabeza una y otra vez cada vez que piensas en esa persona?

lunes, 6 de junio de 2016

Ni te diste cuenta que...

El tiempo perdido no es recuperable. ¿Mereció la pena?

Engaños, mentiras...Salvajemente
se fue sin decir adiós. Desapareció sin una nota. Me pregunto el porqué. ¿Todo fue mentira?

Confianzas desmentidas, secretos desvelados. Triste, pero cierto. La inquietud de mi cuerpo florece sin piedad, dando paso a la incertidumbre inquieta e imparable que me vuelve loco.

Ni si quiera sé si todo fue falso o aún la verdad perdura. Los sentimientos hallados ya se olvidan, favoreciendo, a su vez, al temido rencor. Pero, ¿por qué sentirlo?

Te sientes inútil, incapaz de afrontar tus propios pensamientos. La cabeza te da vueltas y sabes porqué es. Guardarlo en tu interior o arrancártelo de cuajo; la pregunta que bombea tu cerebro.

Y por finiquitar este asunto, ¿qué harás al conocer lo desconocido?

martes, 31 de mayo de 2016

¿Sabes lo que lees?

Sácame de esta cubierta asquerosa llamada piel. ¿No ves cómo me siento? Día tras día se repite la misma historia: Abro los ojos y comienzo a llorar desconsoladamente solo con pensar en aquellos años, aquellos años llenos de vida que ahora no están. ¿Sabes? Me arrepiento de lo que hice. Me arrepiento como si me fuese la vida en ello. No dejo de pensar en esas caras pidiéndome clemencia. ¿Cómo pude ser tan despreciable y asesinarles a sangre fría? ¿No pensé en sus vidas?

Ahora ya nada importa. Ahora solo sé que que estoy aquí, sentado y mirando a través de la ventana sin saber ni qué decir, ni qué pensar...

Pero simplemente sé una cosa: No entiendo como los altos cargos nos consienten matar a la ligera; porque sí, muere gente a diario, y ni si quiera nos enteramos ni del cómo ni del porqué.

Así es la literatura. Te da tal poder que crees que estás comprendiendo lo que lees cuando ni si quiera sabes dónde estás.  

viernes, 6 de mayo de 2016

Cierra tus manos...

Algunas veces pienso en si me dejarías caer de esas manos labradas.

El paso del tiempo es el único que me entiende, dado que fue quién me acompañó durante éste largo viaje de tropiezos...

Mi hogar eres y serás tu, estés o no a mi lado.

Ahora, que no estas aquí, todo me da vueltas. Sabes que no me gusta decirlo pero, te necesito mas que a nada en mi vida, me haces falta hasta en el respirar. Así que, por mucha distancia que nos separe, cerremos bien las manos, porque cada uno en ellas, guarda lo mas valioso de nosotros.

viernes, 12 de febrero de 2016

Inocencia interrumpida

Llenas tus labios de cuidadoso carmín rojo pensando en él.  Hoy vas  a pasar una increíble noche. Te pones ese vestido negro, con escote largo y caído que hace mostrar tu bello  cuerpo y esa espalda descubierta. Ese vestido que cuando te lo ve tu padre puesto se pone nervioso solo de ver lo guapa que estás. Esos tacones negros de doce centímetros, de pie abierto, con brillantes que te hacen más llamativa aún.

Te montas en el primer taxi que ves, y le dices al conductor que te lleve al hotel Bleingon, en el cual tendrás esa noche imparable con ese hombre que no eres capaz de sacar de tu cabeza. Tú misma sabes que no es lo que cualquier persona te recomendaría; está casado y es un empresario muy top (aparte de que te saca 15 años), pero te da igual. Mientras el taxi te lleva a lo que tú crees que es el amor de tu vida, no sale de tus pensamientos su mirada, sus manos consumidas por el esfuerzo, sientes cómo te agarra la pierna y te hace sentir suya.

De repente, el coche frena. Ves la increíble y lujosa fachada del hotel, le pagas y te dispones a entrar. En recepción preguntas por la seña que te dio con anterioridad y, personalmente, un empleado te acompaña hasta la suite número quince, donde él te espera.

Una vez dentro, os abrazáis, pero notas algo en él muy extraño. Demasiado excitado. Te pide grabarlo, a lo que tú accedes después de un rato de réplica continuada. Te tira a la cama, te desnuda y él delante de ti y de pie, se desnuda ante tus inquietos ojos.

Ya en el momento esperado, suena el timbre, a lo que él dice: “Ya tardaban”. Te deja con la cara descuadrada y entran tres hombres más, tres hombres maduros más. Tú, asustada, tratas de vestirte, pero ya es imposible. Se desnudan con rapidez y se abalanzan sobre tu cuerpo, te inmovilizan y entre los cuatro, ensucian tu ser como nunca pudiste imaginar. Te penetran por tu vagina, por tu trasero y hacen que se las chupes y como era de esperar, los cuatro eyaculan en tu cara, manchándotela entera de sus asquerosos fluidos.

¡Zas! Notas un fuerte golpe en tu cabeza. Te duermes. Al despertar, notas frío. Te duelen las manos y los tobillos. Estás atada, tirada en un bosque perdido y desnuda, con  su suciedad manchándote la cara. Sabes que vas a morir. Es enero y estás a quince grados bajo cero; en cuestión de minutos desaparecerás de tu cuerpo, y lo que más rabia te da es que solo tienes diecinueve años. No has hecho nada importante en tu vida, no te has despedido de tus padres ni de tus amigos. Estás muriendo de hipotermia tras haber sido violada.

No lo quieres asumir, pero ya no tienes nada que hacer.            

viernes, 5 de febrero de 2016

Volver a nacer

Solo veía luz, él solo veía luz.

No sabe dónde se encuentra, escasamente ve bultos a su alrededor. Se siente cansado, como si hubiera dormido mucho; apenas era capaz de mover sus delicados dedos.

De repente, escucha algo:

-¡SE HA DESPERTADO, SE HA DESPERTADO!

-¡HA VUELTO!

Flipaba, él simplemente flipaba. Lo último que recordaba era que estaba sentado en el capó de su coche contemplado la luna brillante en el cielo, y ni él mismo, en ese momento, sabía por qué estaba ahí. ¿Tendría algo que ver el porqué de las voces alegres a ese momento?

“Ahora sí me acuerdo: Yo estaba en aquella no muy alta montaña porque sabía que me iba a morir. El cáncer que tenía en mi páncreas me estaba devorando por dentro y ni los médicos sabían qué hacer conmigo. Pero un momento... Yo estaba muerto. Me acuerdo de cómo mis fuerzas se reducían a cero mientras mi cuerpo caía al suelo. ¿Será esto el cielo? No lo sé, a lo mejor las voces que oigo son de los ángeles, pero son un poco cabrones al alegrarse de que esté muerto.

Espera, espera. Estoy escuchando algo más:

-La operación ha salido bien, a pesar de que ha estado en coma tres meses debido al cáncer que tenía en su interior. La intervención del día de ayer fue exitosa y, como ven, se está despertando.

No puede ser, yo no puedo estar vivo. Nadie en su sano juicio me daba esperanza de vida, esto debe ser una imaginación, de esas que tienes al estar muerto. De  no ser así, no lo comprendo.

Un momento, mis ojos están comenzando a abrirse, ¿será cierto que estoy vivo?

Empiezo a reconocer a la gente eufórica que me rodea: Ahí está mi novio, el cual no para de mirarme con cara de felicidad abrumadora. Noto algo en mi mano, algo me aprieta demasiado. Voy a mirar.

Una mujer, mirándome fijamente con los ojos encharcados en lágrimas por mi despertar y, apretándome aún más fuerte con su rugosa mano, me mira y me dice sin dejar de sonreír:

-Bienvenido, a la vida hijo mío, por segunda vez.

Y solo tengo una cosa que decirle a esta señora:


-He vuelto, pero esta vez será para quedarme”.

viernes, 29 de enero de 2016

Pajarillo

Ni siquiera sabemos apreciar los preciosos momentos de felicidad que nos puede ofrecer la vida. Simplemente en un pequeño paseo de tu casa a un lugar sin importancia aquí.

No te imaginas lo que hace una canción bonita de fondo, la cual te hable de amarte a ti mismo y apreciarte como tú solamente sabes y harás. Y bien, con esa dulce melodía rebotando en tu cabeza, fíjate por dónde caminas, en los pequeños y preciosos detalles que en tus ojos entran sin control: Las hojas de un viejo árbol cayendo, un lindo pajarillo mojando sus delicadas alas en un minúsculo charquito de agua formado por las escasas lluvias… Aprécialo, ve sonriendo mientras los ves, incluso saca una significativa foto la cual, en tus momentos de desesperación y amargura, te recuerden a ese momento, a ese pajarillo…

viernes, 22 de enero de 2016

Perdón

Se prepara para ir de fiesta con sus amigos. Otro sábado noche más.

Se despide de su madre con un beso;  y mientras cierra la puerta, la escucha decir “ten cuidado, cariño. Te quiero”, angustiada por la marcha de su hijo.

Él se disponía a ir una gran fiesta en uno de los mejores locales de la ciudad. Justo en la puerta de dicho local estaban sus amigos esperándole con cigarro en mano. Él, eufórico por lo que creía que iba a ser una noche espectacular e inolvidable, los abrazó a todos y entraron a darlo todo en la pista de baile.

Fue pidiendo una copa tras otra, y dado su estado de embriaguez, su amiga le acompañó al exterior para tomar aire. Así podría encontrarse mejor.  Sin embargo, echó la pota hasta que se compuso  y  después se dispusieron a entrar al aclamado local.

Se encontró a aquel amigo/conocido. Todo el mundo le había advertido de que no se acercase a él, no era buena compañía. Aquel muchacho, al verlo ya cansado por la euforia de la noche y ya las tardías horas, le ofreció una pequeña pastilla con una carita sonriente por 5 euros, alegando que eso era mucho más barato que el alcohol y le haría aguantar toda la noche dándolo todo. Por lo tanto, el inocente muchacho aceptó.

Estaba en su auge, creía que se podría comer el mundo en tan solo un minuto. Tenía una energía enorme, la cual consumía brincando y cantando, eufórico, al son de la música. Pero algo no iba del todo bien. Sentía como si el corazón fuese a salirse de su pecho. Notaba cómo su pectoral temblaba a una velocidad preocupante. Vio la cara de sus amigos, asustadísimos, corriendo hacia él, sabiendo que se iba. Se iba a ir para siempre. Y antes de poder pedir ayuda a su amiga, su vida se desvaneció.
Justo antes de que sus ojos se cerraran por última vez, recordó esa cara angustiosa de su madre, observando preocupada desde el sofá cómo cruzaba la puerta. Ella ya se olía algo.

Sirenas de ambulancia eran lo único que se escuchaba en aquella jaleosa calle. Y de repente, él la oyó. Gracias al electroshock del médico de la ambulancia, su corazón volvió a funcionar con normalidad, y en el momento en el que él pudo abrir los ojos, solo pudo decir: perdón.


Y ya, por última vez, pudo irse de la vida, no sin antes pedir disculpas por el motivo por el cual se marchaba.   

viernes, 15 de enero de 2016

Recuerdos

Siento cómo aún tus dedos recorren mi piel lentamente; lo siento como si fuera ayer. Noto tu mirada después de ese momento de amor en el cual nuestros cuerpos se fusionan, se unen para formar uno. Lo siento, ahora, aquí tirada y sola, recordándote, acordándome de esos momentos en los cuales me hacías sentir única. ¿Por qué te fuiste? Ni siquiera tú lo sabes. Éramos felices, o al menos yo así lo recordaba. Y aun sabiendo que tú no me querías como yo te amaba, te espero sentada en mi lado de la cama, oliendo tu camisa arrugada. Impaciente por que te sientes a mi lado.


Lo peor de todo es que sé  que el tacto de tus dedos es irreal y que todo queda reducido a un simple y triste sueño.

viernes, 8 de enero de 2016

Madre...

Seguro que cuando la miras piensas: Qué gran mujer.

Todos tenemos una gran mujer en nuestra vida, la cual nos ha ayudado en todo lo que ha podido y seguramente muchas veces hemos sido injustos con ellas al no agradecerle día tras día lo mucho que ha dado por nosotros…

Ahora llega el momento de recordar:


No se te vendrá a la memoria porque es prácticamente imposible, pero a ella sí, y hablo de ese momento en el que tras pasar por unas horas de auténtico dolor o por una operación, llega la hora de tener entre sus brazos algo que ha estado cuidando, criando y guardando dentro de ella durante nueve largos meses de su vida, los cuales por tu culpa le han causado antojos, dolores de espalda y piernas, vómitos, cambios de humor; pero ella cuando te mira, lo compensa todo al tenerte entre sus brazos.

Cuando ya tienes de 5 a 10 años, que eres un traste inquieto, recordarás las veces que se la has liado en público y te cogía con una mano de tu muñeca y con la otra te daba una bofetada en el culo. Recordarás cuando te venía la inspiración de tu vida y le pintabas paredes, sofás y todo lo que entrillabas en ese momento. Cuando lo descubría, solo quería matarte, pero a la vez se moría de risa al ver la cara que ponías cuando te pillaba.

Esa época tan turbia de hormonas y descontrol que tienes en tu cabeza, la aclamada edad del pavo. No te puedes ni imaginar la de disgustos y ansiedades que le has causado a la pobre, cuando la liabas en el instituto, cuando llegabas tarde a casa y no sabía de tu existencia, pero ella es la única que puede perdonarte con un simple beso al día siguiente.

Para ella, ver a sus hijos casados es uno de los momentos más felices de su vida, junto al recuerdo de cogerte en brazos por primera vez. Ese día, para ella, es triste y alegre a la vez; alegre porque lo que más le gusta es verte feliz, y triste porque su niño o niña ya se ha hecho mayor,  y quiere estar pegadita a ti cada día de su vida.

Y todo esto lo vas a recordar en un segundo, ¿sabes cuándo? Cuando veas esa horrorosa caja de madera hundirse bajo la tierra o meterse en esos espantosos muros llenos de recuerdos y llantos. En ese momento te arrepientes de no haberle dado los besos y abrazos que se merecía,  de haber discutido tanto con ella, de no llamarla… Si ya has vivido el insufrible momento de decirle adiós, ten por seguro que ella desde donde esté, se sentirá orgullosa de cómo estás llevando tu vida.
 Y si todavía la tienes contigo, bésala, abrázala, quiérela como nunca hiciste; porque de nada te valdrá lamentarte cuando veas desaparecer su alma.

viernes, 1 de enero de 2016

Noche oscura

Hay al menos una noche al mes, una  oscura y terrible, en la cual no duermo; empiezo a dar vueltas en la cama sin razón ninguna, imaginándome un futuro perfecto pero al mismo tiempo, imposible. Una pareja perfecta, dinero; pero sobre todo el tener a esa persona a mi lado, aquella que me quiera como soy. Algunas veces pienso que es imposible. Pero, ¿por qué debería ser así? No lo acabo de entender. Quizá me obsesiono demasiado, será que pido mucho. Pero, ¿es mucho pedir un mínimo de atención?

Realmente no sé qué estoy escribiendo, ni lo que pienso ni el porqué. Simplemente deslizo los dedos por el teclado de mi ordenador mientras las lágrimas lo mojan. Tampoco entiendo por qué caen sin razón alguna.


Sinceramente no sé nada, ni lo que tengo ni lo que no. Pero lo que sé es que quiero que estas noches oscuras se reduzcan a cero, aunque vea que es imposible.